Aujourd'hui, le commencement.
Me encantan los blogs. Y como Vespertinastar se volvió de una melcochosidad intolerable, decidí renacer como Bitter Berri, una encarnación amarguetas de la ex Zarzamora Enmascarada.
Últimamente anduve pensando en que el mundo de la publicidad está llenititititititito de gente como yo, que quiere crear pero que al mismo tiempo no puede con las linduras de bautizar tonterías con tonterías, o "apapachar" a los clientes que quieren que les endulces el oído en lugar de estar dispuestos a escuchar cómo mejorar sus campañas de cuarta.
También están los otros, las desagradabilísimas vacas sagradas. Esos imbéciles malmodientos que creen que lo saben todo y que sus propuestas son infalibles, sólo porque trabajan en una agencia grande creen que la diosa creatividad los bendijo como sus hijitos consentidos... ¡NI MADRE! Ahí viene el grupo de análisis a decirles: "Te falta" y ellos se instalan en "Dios me tocó con su dedito" y sólo nos oyen, sin escuchar nada.
En estos últimos días he lidiado con mi propia creatividad, con una gripa apendejante y con una tercia de vacas sagradas, además de con una gerente que a leguas se ve que estudio mercadotecnia... Patana, increíblemente hostil, grosera, wow, esa educación la obtienes en la universidad estudiando esas carreras.
Mi soberbia ha sido ampliamente sobrepasada por la de semejantes hermosos sujetos. AL menos me consuela que, aunque trabajar en el mundo de la publicidad es ejercer un poco de puta, todavía no soy política: esos son mucho más putas que yo.
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