miércoles, agosto 10, 2005

Pastiches.

Me encanta estar hasta la madre. Le da una sensación de irrealidad a mi día... Llevo 3 días sin pararme en la oficina, ni siquiera porque haya tenido una crisis nerviosa o porque haya decidido desaparecer; más bien para variar soy la que lleva los proyectos exteriores. El problema es cuando llego a la oficina y deciden que no he hecho mi trabajo.

"Contratamos más gente para que las apoyen". Después fue la gustada frase: "No, eso es sólo un copy-paste, que lo haga Bitter". Si sólo es un copy paste y Bitter anda fuera de la oficina, Bitter se lo encarga a Ginger. Cuando la jefa se entera de que el mentado copy-paste lo hace Ginger, se queja con Choko de que no lo haga Bitter. Bitter no está en la oficina en dos semanas: anda feliz en sesiones propias y ajenas, moderando o tomando notas. Cuando llega, la espera un documento urgente y uno extra urgente. En dos noches saca el extra urgente (el urgente es el del copy-paste).

De pronto, el urgente se vuelve una sucesión de copy-pastes que la jefa le encarga a la niña-cuyo-nombre-no-puede-ser-el-que-es, sin tomarse la menor molestia. Cuando Bitter se sienta a revisar el copy-paste de Ginger, descubre mil correcciones, que no pueden ser hechas porque Bitter TIENE que hacer una guía de tópicos de un proyecto que cayó en la mañana del viernes y que hay que enviar al mediodía... del mismo viernes. Sin darnos cuenta, dan las 7 pm del viernes, entre juntas y bomberazos, y Bitter que organizó la fiesta de Sirena junto con Choko... Hay que irse.

No hay forma de avanzar el fin de semana. Los días sólo tienen 24 horas y Bitter ha perdido la capacidad de hacerse dos o tres a la vez. El lunes quisiera hacer, pero no están ni ella ni su computadora en el mismo lugar. El martes, lo mismo. El miércoles... El miércoles regañan a Bitter porque el pastiche está muy pobre y es sólo eso, un PASTICHE. "No tiene nada de material original" "no se le ve el análisis por ningún lado" "los de la agencia se van a reír de nosotros" (desde que les dijimos que su mejor campaña era muy mala se han estado riendo de nosotros todo el tiempo. La única idiota a la que le gusta esa campaña en toda la agencia es a mí... Pero eso es porque estoy malita de mis facultades).

Y entonces, Bitter se queda castigada, volviendo a hacer el pastiche, haciendo análisis. No querían un pastiche, pero no explicaron con claridad lo que querían... Ginger, no tiene caso decirle nada, es la que menos vela tiene en el entierro. Choko se ofrece, cual Virgilio, a acompañar a Bitter Dante en su paso (otra vez) por los infiernos. Bitter se dedica a contar en forma regresiva, pensando que queda muy poco tiempo para mandar todo al carajo. Y aunque no grita, quiere gritar; y aunque se ve seria, la sola idea de botarlo todo la hace sonreír...

Y se va, y escribe en su blog que después de una corta remodelación vuelve a ser público.