martes, mayo 31, 2005

La zanahoria

Todos tenemos una. Es aquella cosa que nos impulsa a seguir cuando todo va tan mal que lo único que queremos es suicidarnos, tirar la toalla, mandar al mundo al carajo o todas las anteriores. No es la "estrella" famosa de la que hablan los libros de superación personal: esa implica al menos un poco de pensamiento positivo... No, la zanahoria es en ocasiones irreal, en ocasiones una facha, en mi caso es una trivialidad, pero al menos es un modo de aferrarse a la cordura cuando nada marcha.
Hoy he necesitado la zanahoria con todas mis fuerzas. Madrid, me repito. Barcelona... París. Eres demasiado pobre ahorita, no quieres deberle a tus padres dinero por el resto de tu vida. Aguanta seis meses, un año más. Aguanta, aunque el tratamiento de la úlcera que se te está formando se chingue los ahorros que estás empezando para hacer ese viaje. Aguanta aunque el psicoanalista debería de decirte que es poco saludable el pinche ritmo de trabajo que llevas (de 8 de la mañana a 11 o 12 de la noche diario... eso si fueras al psicoanalista, como tus jefas que son ricas). Aguanta hasta el límite de lo imposible, aunque tu trabajo pierda cada vez más el sentido y tu le pierdas cada vez más el amor. Aguanta.
Es como un divorcio de mierda. Pero te quedas "por los hijos". Yo me quedo por el puto viaje que quiero emprender, para el que no tengo varo todavía. Aguanta. En un año te fugas y no vuelves a trabajar en una agencia en toda la vida, si quieres. Pero aguanta... Y así estoy. Un año trabajando en esto, con tres meses de idilio y tres meses de mierda, alternativos; el problema es que las malas temporadas son cada vez peores. Y yo aquí, a sabiendas de que saldré otra vez después de las 11 de la noche, mal comida, de malas, trabajando en el mismo documento que ya entregué tres veces...
Más vale que Europa valga la pena. Eso, o aventarse de la Tour Eiffel.

Señor Juez...

Podría hacer una lista de las 287 cosas que me cagan en la vida. Pero me caga hacer listas, así que no importa.

Hoy tuve una junta de dos horas para evaluar un documento de entrega a un cliente que, hagamos lo que hagamos, ya nos mandó a la chingada.Como ya nos mandó a la chingada, por supuesto que le vamos a hacer una investigación gratis y le estamos rehaciendo dos de las tres que ya habíamos entregado. Lo dicho, somos putas baratas de la mercadotecnia: si al cliente no le gusta lo que dijimos, lo volvemos a escribir hasta que le guste...
Estoy rehaciendo un documento que empezó como una investigación sencilla, y ahora ya es una estrategia compleja. Me caga utilizar las sesiones de terapia de mi jefa para determinar las acciones a seguir en nuestras entregas de resultados ("ayer, hablando con mi terapeuta, me dijo que en la vida yo necesitaba...") Me supercaga trabajar el mismo documento una y otra vez, dándole vueltas y vueltas, sin salir de lo mismo. Cada junta aparece una nuevba estrategia, un nuevo "agrégale" "estaría chido que dijéramos" "¿en el análisis no preguntaron por las moscas verdes del Brasil? ¡Porque son súper importantes!"
En fin. Me caga todo, pero si le tupo, en seis meses estaré en Europa. ¡Hablando de trabajar para alcanzar objetivos tangibles!

miércoles, mayo 25, 2005

Aujourd'hui, le commencement.

Me encantan los blogs. Y como Vespertinastar se volvió de una melcochosidad intolerable, decidí renacer como Bitter Berri, una encarnación amarguetas de la ex Zarzamora Enmascarada.

Últimamente anduve pensando en que el mundo de la publicidad está llenititititititito de gente como yo, que quiere crear pero que al mismo tiempo no puede con las linduras de bautizar tonterías con tonterías, o "apapachar" a los clientes que quieren que les endulces el oído en lugar de estar dispuestos a escuchar cómo mejorar sus campañas de cuarta.

También están los otros, las desagradabilísimas vacas sagradas. Esos imbéciles malmodientos que creen que lo saben todo y que sus propuestas son infalibles, sólo porque trabajan en una agencia grande creen que la diosa creatividad los bendijo como sus hijitos consentidos... ¡NI MADRE! Ahí viene el grupo de análisis a decirles: "Te falta" y ellos se instalan en "Dios me tocó con su dedito" y sólo nos oyen, sin escuchar nada.

En estos últimos días he lidiado con mi propia creatividad, con una gripa apendejante y con una tercia de vacas sagradas, además de con una gerente que a leguas se ve que estudio mercadotecnia... Patana, increíblemente hostil, grosera, wow, esa educación la obtienes en la universidad estudiando esas carreras.

Mi soberbia ha sido ampliamente sobrepasada por la de semejantes hermosos sujetos. AL menos me consuela que, aunque trabajar en el mundo de la publicidad es ejercer un poco de puta, todavía no soy política: esos son mucho más putas que yo.