jueves, marzo 09, 2006

Voy a lo desconocido...

Si de una ciudad no tengo referencia alguna, es de Culiacán. Recuerdo vagamente que cuando aún existía el correo normal (ahora sólo queda el electrónico... he buscado en todo Guadalajara alguien que tenga la vaga idea de qué fregados es un timbre y todo mundo me ve con una mirada intensa y extrañada "¿de qué planeta viene?"

Inclusive de Tuxtla he logrado hacerme una idea gracias a las sugerencias recibidas. Pero de Culiacán nadie habla... Empiezo a sospechar que no existe. Mañana a mediodía me subiré en un avión que me va a llevar a ningún lado (la única imagen que me pasa por la cabeza es aquella película que vi de niña, La caseta fantasma: me voy a meter al avión, me transformaré en un dibujo animado y me pasarán cosas muy raras (tal vez, igual que en la película, ayude a reconciliar al reino de los números con el de las letras).

Recuento
Hace años me había peleado con Guadalajara. A instancias de mi entonces adolescente hermano (el Zanate), vinimos a pasar las últimas vacaciones en familia aquí, mientras mi relación con un hombre que después demostraría ser un tipejo se desmoronaba y yo no podía quedarme a remediarlo. Como no conocía a nadie excepto a mi familia (a diferencia del sociable Zanate, que vino a ver amigos y tuvo qué hacer todo el día) me encerré en El nombre de la rosa. Cuando lo terminé, el domingo, no había nada abierto, sólo las iglesias y el Hospicio Cabañas... Tomé algunas fotografías y juré que no regresaba.

Aquí estoy, 4 años después. No lo detesté... Caminé como estúpida (igual que cada vez que estoy sola en una ciudad). No tomé tantas fotos, o al menos no son tan estudiadas como las anteriores. La gente me pareció más amable que la última vez. El centro (como en buena ciudad colonial que haya durado hasta ahora) tiene todas las calles acomodadas por tipo de tiendas: la calle de las papelerías (me acordé del muy mentado "el olor de las peluquerías me hace llorar a gritos" que siempre he cambiado por "...de las papelerías..."), la de las telas, la de los zapatos. O Guadalajara está llena de zapaterías o de plano tuve suerte y me tocó justo en medio de la zona zapatera de la ciudad...

Ayer cené en un restaurante que el Zanate me recomendó, la Karne Garibaldi. Son como bisteces muy picados, en su jugo, con frijoles y un poquito de picante... La orden incluye frijoles con elotitos al centro, unas cebollitas muy buenas y una salsa bien sabrosa. Bañé todo con una cerveza... wow, qué bien. Para no dejar, hoy mi almuerçomida (cuando ando de viaje hago 2 comidas: una a mediodía y otra en la noche) fue una torta ahogada con dos taquitos, que me comí con absoluta impropiedad (no sé comer tortas ahogadas, que pena).

El centro de Guadalajara está lleno de bancas para sentarse... extraña y extraordinariamente limpio... lleno de botes de basura enormes en donde pude tirar mis papelitos (siempre traigo basura en los bolsillos, no tolero tirarla en la calle y la tengo que guardar hasta llegar a un sitio con bote). Hoy por la tarde me senté al lado del Teatro Degollado y leí durante dos horas mientras el sol bajaba; cuando la luz de lectura se fue me fui con ella...

Me compré un Snicker's en el Oxxo más grande que he visto en la vida (también vi un 7-11 con estacionamiento para 20 coches, ¡qué pues!) y ahuyenté el antojo de comérmelo por el doble de precio directo en mi habitación.

Conclusión: Guadalajara es mejor de lo que recordaba (aunque todavía no me encanta, como me pasó con el "espantoso" Monterrey). Necesito encontrar lugares para comer, aunque supongo que a este paso ocurrirá más temprano que tarde. Me gusta un centro de ciudad en el que puedes ver pasar la tarde sentado en una banca, leyendo, mientras justo al lado una pareja no tan joven se magrea y enfrente un ñor dibuja caricaturas, sin el escándalo en el que se ha transformado Coyoacán. ¿Por qué diablos en mi ciudad hay tan pocos botes de basura?

Y no... no compré zapatos.

¿Trabajo? ¿que vine aquí por...? ¡? Ah, sí. Hoy entregué un reporte del cual mi jefe sólo leyó la última diapositiva, que tuve que explicar a profundidad por teléfono... 3 veces. Yo quedé satisfechísima...

1 down, 4 to go!!

Si Culiacán existe y tiene internet, les escribo desde allá. Si no, pus no. Y prometo saludarles al Dodecaedro... (¿alguien más vió esa película? ¡a veces creo que me la imaginé completa!)

7 Comentadas:

Blogger alonso ruvalcaba dijo...

no te preocupes, en efecto: culiacán no existe...

guadalajara es muy bonita, muy limpia. (los tapatíos te dirán:está as-que-ro-sa!, pero mienten.) se siente que podrías caminarla toda... de noche es menos simpática: pareces atrapado en un antro sateluco; eso sí: las mujeres/escuinclas más bonitas de méxico, sin duda; además obsesionadas con su belleza más que las chilangas. una amiga me decía: acá, el mejor regalo que le puedes hacer a una niña de quince años, es una operación de nariz; a los dieciocho, una de tetas. no sé si sea cierto, pero lo parece: cuerpos perfectos, uno tras otro... ¿te fijaste que a la salida del aeropuerto hay un letrero (¡oficial!) que dice: bienvenidos al valle del silicón mexicano? ¡jaja! no sé si se han dado cuenta de la leve ironía pero a mí me mata de risa...

la birria a mí me parecía un momento muy chingón de la cocina mexicana. hasta que en mi última ida a gdl, al final del año pasado, mi encargo fue: "busca la mejor birria de guadalajara y trae la receta"; chido pues: llegué, creo, un viernes como a las nueve de la mañana; a las tres de la tarde ya había comido cuatro birrias, incluida la de chololo. ¡no mames! me convencí que la birria es, en realidad, uno de los más altos momentos de la cocina en el mundo: borrego horneado lentísimamente, adobado con jengibre, mejorana, comino, chiles y vinagre; servido en diferentes cortes: lomo, costillas, pelvis, alucinantes machitos (entrañas “embutidas” bajo una forma precaria de salchicha enorme); todo pasado a un segundo horno, infernal, a “tatemarse”. llega con varios acompañamientos: frijoles gratinados, cebollas, vegetales, yerbas, tortillas enormes, salsa roja y un caldo pa potar que además sirve como salsa muy líquida para el taco. no se parece a nada pero sientes que siempre has comido ese plato...

las carnes garibaldi son muy simpáticas, sí; a mí me gusta más el platillo que el lugar, la verdad; como que no me fascina que te atiendan tan en chinga. aunque mis viajes de trabajo son, precisamente, para conocer restaurantes, me desespera sentir que me tengo que parar ¡ya! por cierto, en méxico no he encontrado unas buenas carnes en su jugo. (me encanta la textura que agrega el tocino: crujjjjiente...)

10:31 a.m.  
Blogger Vicadin dijo...

Si culiacán no existe te ahorrarás el trabajo y podrás comer snicker´s en el camino de regreso.







odio la birria, y los snicker's son demasiado dulces para mi, ick.

2:58 p.m.  
Blogger elisa dijo...

Me alegro que encontraste el snickers más grande y más barato que en el hotel. No se si Culiacán existe, pero de que existen "culichis", existen, algunos extremada y ofensivamente guapos...aunque un poco (o un mucho), como decirlo, ¿aldeanos? De cualquier manera, guapos sí, mucho.
Un abrazo.

11:22 p.m.  
Blogger Tita dijo...

pues yo solo espero que regreses antes del 11 de abril y te pases por el juglar a ver mi expo...
saludos y un abrazo

sandra

9:49 p.m.  
Blogger Coppelia dijo...

queridos todos... ya estoy trabajando en el post que demuestra lo increíble:

¡CULIACÁN EXISTE!

alón: chale, platicas la birria de una forma en la que hasta se me antoja, jaja. Como que se me olvida que la he probado 3 veces y ninguna me pareció tan buena como para repetirla (hasta que se me olvidaba y la volvía a probar y... recursivo).
Guadalajara es el Ciudad Satélite de México... es lo único que explica que mi hermano Zanate, el satelandés (superficial, bonito y sociable como todos los satelandeses... por eso lo quiero), haya llegado a considerar que la única migración posible para él sería hacia Guadalajara o hacia Querétaro (ahora conocido como North Satelite)
Vi el letrero, tenía ganas de fotografiarlo para llevárselo a...

Vic: lástima que no te gusten los snicker's, caray! Peor que no haya fotografiado el letrero... no quise ofender la sensibilidad tapatía del taxista (que de por sí ya me veía feito por venir de la cd de mex).
Cada vez que ando por las calles espero encontrar un letrero que valga la pena... no puedo creer que hasta ahora, en dos ciudades, no haya encontrado un solo letrero digno de usted. Una verdadera pena, caray...

Señorita Zen: ¡ojalá que todo haya salido bien! El suspenso me mata...
No vi un sólo culichi guapo, aunque debo admitir que son simpáticos y hablan de golpe y golpeado, ¡encantador! También es cierto lo otro, jaja.

Sandra: si nada se complica, regreso el 25 de marzo; eso me deja al menos dos fines de semana para darme la vuelta por tu exposición, ya lo tengo en la lista de pendientes para cuando regrese (eso y regar mi planta, ja)

una abrazo a cada uno y otro por parejas (ustedes se reparten)

12:25 a.m.  
Blogger Virgilio Sofistófeles dijo...

Orgulosamente neurótica, dijiste el otro día... quedé estupefacto: creí que era otra persona quien había realizado ese comentario... es un gusto saludarte; suerte en tu trabajo -sea el que sea-, quizá la próxima vez baste con preparar la última diapositiva.

Mucho por decir me queda... feliz regreso.

4:36 a.m.  
Blogger Vicadin dijo...

Bitter se te agradece el que se haya usted acordado de mi.
jaja pero me haces ver como muy exigente respecto a mis letreros.

11:10 p.m.  

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